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viernes, 26 de noviembre de 2010

Caza Mayor

Resumen
Con el cuerpo inclinado y el fusil inclinado entre las manos, Palomo, el viejecillo pequeño y seco como una avellana, a pisadas cortas sobre sus piernas, sigue los pasos de las perdices que marcan sus patas sobre la arena.
De pronto entre las hierbas el rastro tan esperado se presento, rodeo el arbusto y con gran entusiasmo tiro del gatillo.  Una magnífica perdiz con las plumas medio chamuscadas por el fogonazo ocupó su sitio en el morral vacío.
Terminada la tarea de recargar el arma el silbido de la perdiz que levanta el vuelo  lo hizo volverse con presteza. Apoyó la culata en el hombro y soltó el tiro, aun no se disipaba el humo cuando un bulto rojizo pasó a su lado como una tromba y rozó sus piernas que vacilaron, dando un traspié.
La perdiz a la cual la mira había atravesado el cuello, acababa de desaparecer en las fauces de un enorme perro de presa  El amo del perrazo era el mayordomo de la hacienda.
El viejo, sin pensar en el desquite se alejaba con tardo paso de aquel infausto sitio cuando de pronto se detuvo sorprendido. La hierba había triplicado su peso, exasperado por aquella obstinada persecución tentó un último recurso: dejó caer con disimulo el arma a un lado de la senda y con las manos en los bolsillos, siguió andando sin volver la cabeza. El ardid tuvo un éxito decisivo: después de un corto trecho, Napoleón, tomó la delantera; se alejaba al trote con el rabo caído y las orejas gachas, sin mirar atrás,
recobró el fusil y se internó en un bosquecillo. Alargó el brazo y oprimió el disparador. Tras el estampido, apartáronse violentamente las ramas y apareció la cabeza del dogo con las orejas tiesas y rectas. De un salto cayó sobre la perdiz y empezó a triturarla entre sus poderosas mandíbulas.
Agobiado por el calor ascendía penosamente la rápida escarpa para alcanzar la carretera, cuando un súbito tirón lo hizo girar sobre sí mismo y perdiendo el equilibrio vino a tierra con estrépito.
Incorporose a medias: por el talud descendía gallardamente Napoleón, llevando el morral pendiendo de la boca. Un estrepitoso aullido contestó a la detonación: el dogo soltó el morral y con los pelos del lomo erizados desapareció entre los matorrales.
El viejo creyó haber cometido un enorme crimen y la figura del amo enfurecido se presentó a su imaginación, produciéndole un escalofrío de terror. Dirigió una mirada al llano, y allá lejos percibió al dogo atravesando los arenales.



Análisis literario:


Personajes:

Palomo: Señor de edad, de baja estatura, con experiencia cazando. Con sabiduría de mas, cariñoso y responsable con Napoleón, su mascota.

Mayordomo: Era un hombre autoritario y brutal. Podría vengar cualquier cosa sucedida  a su favorito, y era un hombre de personalidad orgullosa y autoritaria.

Clasificación de Personajes:

Palomo: Principal

Mayordomo: Secundario

Narrador: Omnisciente

Ambiente:

Físico: Se basa en un llano donde Palomo esta cazando y donde ocurre la mayor parte de la historia.

Psicológico: Un ambiente de soledad, frustración y de las sensaciones que tenía el viejo.

Social: Ambientado en la caza, sus formas, sus sensaciones y sus suceso. 



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